SAN AGUSTÍN
Obispo de Hipona y doctor de la iglesia (354 – 430) Uno de los cuatro doctores más reconocidos de la Iglesia Latina. Llamado “Doctor de la Gracia”.
Patrón de los que buscan a Dios, teólogos, imprenta. Aparece frecuentemente en la iconografía con el corazón ardiendo de amor por Dios.
Biografía: Nació en Tagaste (África) el año 354, hijo de Santa Mónica; después de una juventud desviada doctrinal y moralmente, se convirtió, estando en Milán y el año 387 fue bautizado por el obispo San Ambrosio. Vuelto a su patria, llevó una vida dedicada al ascetismo, y fue elegido obispo de Hipona. Durante treinta y cuatro años, en que ejerció este ministerio, fue un modelo para su grey, a la que dio una sólida formación por medio de sus sermones y de sus numerosos escritos, con los que contribuyó en gran manera a una mayor profundización de la fe cristiana contra los errores doctrinales de su tiempo. Está entre los Padres más influyentes del Occidente y sus escritos son de gran actualidad. Murió el año 430. Sus restos mortales se veneran en la Basílica de San Pedro (Pavia, Italia).
FUNDACIÓN DEL CONVENTO Y DEDICACIÓN DEL TEMPLO DE SAN AGUSTÍN 404 AÑOS DE HISTORIA
El Convento y la Iglesia de San Agustín, fueron construidos por los Padres ermitaños calzados de San Agustín en la persona del Padre Fray Diego de Angulo.
El 20 de Diciembre de 1604 despachó una orden nombrando Vicario Provincial al P. Definidor Fr. Antonio Muñoz de las provincias de Cartagena “para que en cualquiera parte de éste y en particular en la Villa de Mompós pueda fundar y funde convento de nuestra orden.
El 14 de Marzo de 1605 se nombró Vicario Provincial al P. Francisco Cerezo “con plena comisión para asistir en Mompós y concluir la fundación.
Y que el 16 de Febrero del siguiente año, en un Capítulo privado celebrado en Tunja, se admitió esta casa como convento de la Provincia, al decir que “habiéndose visto cuán bien le está a esta nuestra Provincia el tener convento en Mompós, para la subida y bajada de los religiosos, por el Río Grande, y acrecentamiento de esta Provincia, recibieron, como por este decreto reciben, y dan por buena la fundación del convento dicha en la Villa de Mompós, y le agregan e incorporan en el número de las casas y conventos de esta nuestra Provincia, y le dan por nombre y título SAN AGUSTÍN”. Esta acta se confirmó de nuevo por la séptima definición del Capítulo Provincial de 1607.
En esta venerable asamblea se autorizó a los religiosos conventuales de Cartagena y Mompós para que pudiesen usar hábitos blancos, en atención al excesivo calor de esas localidades, pues el servirse siempre del negro daba origen a varias enfermedades. Tan pronto como los religiosos se establecieron en la citada Villa de Mompós se conquistaron el cariño y la confianza del vecindario, que afluía a nuestra iglesia en masas compactas, ansiosas de escuchar la elocuencia proverbial de los oradores y aprovecharse de sus fecundas enseñanzas.
En el año de 1611, se eligió Prior de esta casa al P. Francisco Piña religiosa ignorante, atrevido y soberbio, hasta atreverse a insultar, con términos vulgares y expresiones incultas, a la gente seglar. Su administración, fue desastrosa para el convento.
No cesó aquí la mala suerte de aquella desgraciada residencia, para sustituir al depuesto superior el P. Luis de Benavides, el mismo tribunal de la Inquisición lo condujo también a sus cárceles, sin que nos sea posible averiguar las causas que motivaron semejante determinación.
A pesar de estos graves contratiempos, esta residencia continuó desenvolviéndose y progresando sin mayores inconvenientes, logrando fabricar una iglesia de regulares dimensiones, bien decorada y magníficamente paramentada. El convento era de planta baja; pero amplio y cómodo, y con el templo, ocupaba toda una manzana.
El P. Zamora en su escrito Historia de la Provincia Dominicana de San Antonio, dice: “El Hospicio de Nuestro Padre San Agustín, está muy bien edificado y con buena iglesia”. Por el contexto parece indicar que ya existía desde 1582; pero ya hemos demostrado con la documentación auténtica que el establecimiento de los religiosos en esta Villa data de 1604. Además el Convento de San Agustín, según lo determinado por el acta capitular de su admisión.
No fue de gran importancia este convento a juzgar por el número de sus moradores, quienes durante todo el siglo XVII, fluctuaron entre tres y diez; pero consta que de sus claustros salían los misioneros a predicar la doctrina evangélica por todas las poblaciones de la Isla y por el vasto territorio de las antiguas gobernaciones de Cartagena y Santa Marta.
Nada se sabe de las vicisitudes porque atravesó el convento de Mompós; se supone, sin embargo, que su fábrica se terminó pronto y que era de bastantes dimensiones, pues, además de la parte habitada por los religiosos, consta que gozaba de la renta de varias tiendas contiguas, algunas de las cuales se mejoraron notablemente durante el Priorato del P. Fr. José Martínez de Castro, quien como buen religioso, se preocupó por hermosear el edificio y acrecentar sus rentas.
El tiempo, las lluvias y los temblores, ocasionaban daños que era preciso reparar a la mayor brevedad, y por eso en el Capítulo de 1736 se confirmó una patente del Provincial, ordenado al Prior de este convento que emplease la cantidad de mil quinientos pesos, legados por la señora Andrea Machuca, con obligación de aplicar algunas misas, para reedificar “el portal y sus tiendas en la forma determinada”.
El Capitán don Pedro Berrueco, quien con actividad y desprendimiento ejemplares, se consagró a dirigir y activar los trabajos, haciendo no pocas economías, las cuales avaluadas por los peritos nombrados, excedían a 4.000 pesos. Tan sincero era su cariño por toda la Corporación Agustiniana y, especialmente, por aquel convento, que en sólo ornamentos para la sacristía donó 2318 pesos, sin contar otras varias erogaciones de menor cuantía destinadas a pequeñas reparaciones de los edificios.
Las mejoras introducidas en los edificios del convento y de la iglesia fueron de tanta consideración que muy bien pudo decir en el acta de visita el P. Matías Irumbere, Prefecto de la Misión de los Acanayutos, que el monasterio estaba "hecho una joya preciosa, y el gasto que se ha causado ha sido con todo lucimiento, por el sumo cuidado y continua asistencia que han tenido el R.P. Prior y el benefactor don Pedro Samaniego".
Pasados algunos años fue menester reconstruir la iglesia, arruinada, quizás, por alguna conmoción sísmica, de la cual no se conservan datos en los libros oficiales.
El antiguo Refectorio del convento se transformó y amuebló, dotándolo de lo necesario para que sirviese de local a los alumnos de Gramática, cuya escuela se estableció en aquella casa para educar la juventud momposina. Nada sabemos de la importancia que en el terreno docente alcanzase la sabía determinación de los religiosos en favor de la instrucción pública; pero es una prueba elocuente del interés que los animaba por servir a los pueblos, poniendo a contribución las luces de su inteligencia en obsequio de la juventud estudiosa, condenada a vivir en la ignorancia por la dificultad económica de trasladarse a los centros universitarios de la Colonia corría 1760.
Por eso, sin duda, cuando don Pedro Martínez de Pinillos y su esposa doña Manuela Tomasa de Nájera determinaron enriquecer aquella villa, donde habían formado su capital, con un Hospicio, un Hospital y un Colegio de primera y segunda enseñanza, tuvo especial deferencia por los religiosos, escuchando sus consejos y aceptando sus indicaciones respecto a la organización que se debía dar al nuevo plantel. El fue también quien dispuso "que el cuarto domingo del mes de octubre de cada año, se celebrase en el convento de San Agustín de la insinuada Villa de Mompós una fiesta de misa y sermón, con la posible solemnidad, pero sin profusión, a nuestra Señora bajo el nombre de Altagracia.
En el año de 1881, los restos de don Pedro Martínez de Pinillos, benefactor de la ciudad, fueron traídos a Mompox por don Tomás Choperena, y en acto solemne fueron depositados en la Iglesia de San Agustín, con la presencia de la señora Baronesa de Wilson, notable escritora española.
A principios del siglo XIX se mejoró la iglesia y se la enriqueció con numerosos ornamentos y valiosas alhajas, como podrá juzgarse por los siguientes datos: Se hizo y doró el altar de Nuestra Señora de Gracia, costeado por doña Nicolasa del Corral; se compró una custodia de plata sobredorada, con peso de nueve libras, que tenía el viril de oro de seis castellanos y una cruz de piedra por remate, engastada en oro, la que cambió por otra antigua don Pedro Pinillos; un palio de terciopelo carmesí, bordado en oro, con un pendón de lo mismo, comprado con las limosnas que dieron Martín Ribón, José Antonio Troncoso, Cipriano Bustamante, Petronila Ribón, por valor de 2.200 pesos; un crucifijo de plata para Santa Rita, de cinco onzas, donado por doña Andrea Guzmán, y otra custodia de plata, de once onzas, en la que se guardaba una reliquia de Santa Lucía.
Para 1808 se construyeron de nuevo el altar mayor, dorado, en el que figuraban las imágenes de San Agustín, Nuestra Señora de la Concepción y un retablo de Santa Mónica; el del Santo Cristo. Es necesario mencionar la importancia que tuyo para Mompox la imagen del Santísimo Cristo Moreno, que se venera con fervor desde hace muchos años en la Iglesia de San Agustín.
y cuya aparición está rodeada de leyendas con las imágenes de Nuestra Señora de los Dolores y San Juan Bautista. También se compraron nuevos ornamentos, se repararon casi todas las celdas del convento y se levantó de nueva planta un claustro gracias a la valiosa ayuda, prestada entre otras personas, por el Alcalde ordinario don Pantaleón Germán Ribón y el Presbítero don Gregorio Asís.
Las turbulencias políticas que sobrevinieron poco después, alteraron el buen régimen del monasterio y quebrantaron la disciplina claustral, al verse obligados los religiosos a encargarse de las parroquias, servir de capellanes en el Ejército o huir a los montes, cuando eran perseguidos por sus opiniones políticas. Como consecuencia inmediata, hubo épocas en que las tropas de uno y otro bando se apoderaron de aquel santuario y lo convirtieron en cuartel, deteriorando muchas cosas y desapareciendo otras. En 1819, reinaba allí el desorden más lamentable y las habitaciones, aquellas habitaciones casi nuevas, estaban medio destruidas.
En 1821 fue suprimido este convento, como la mayoría de los de la Provincia de Gracia; pero aún se conservan la iglesia y el convento. La primera se halla en regular estado, es de medianas dimensiones, pero sólida y esbelta. El último es de planta baja, ocupaba toda una manzana y en época reciente se instaló en él una fábrica de licores, sirviendo en la actualidad de la Casa Cural, según los datos que tuvo la amabilidad de facilitarnos el P. Mariano Rodríguez.
Ciudadanos respetables fundaron la cofradía de los Caballeros de Cristo, que contó con recursos propios y con la colaboración de la acaudalada señora María Ortiz Nieto y Gamboa, perseguida también por la Inquisición. Esta Cofradía se hizo cargo de la celebración de la fiesta del Santísimo Cristo el 14 de septiembre, la que todavía se sigue realizando con mucha devoción, con la presencia de devotos del país y del exterior.
Por un tiempo el Convento quedó en silencio, En el año 1923 llegaron las Hermanas Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia y fundaron el colegio Santa Teresa de Jesús, teniendo como Directora a la Madre Antonia y Subdirectora a la Madre Clara, ambas de origen antioqueño.
Más tarde el Padre Mariano Rodríguez Hontiyuelo, Párroco de la ciudad, no las apoyó y tuvieron que trasladarse a El Banco, Magdalena. Posteriormente el Padre Rodríguez consiguió que las Hermanas Franciscanas, que dirigían el Hospital de San Juan de Dios y el Colegio del Sagrado Corazón de Jesús, iniciaran en el convento un Kindergarten, en donde la Madre Eugenia estuvo encargada de la educación de las niñas y la Madre Matilde de los niños. Estas religiosas, venidas de Hungría, Austria, Polonia, Alemania, se dedicaron con gran espíritu cristiano a formarnos moral y espiritualmente.
Padre José Pérez Gómez (Agustino) y otros. Provincia Agustiniana de Nuestra Señora de Gracias en Colombia (Escritos Varios)
Carlos E. Martínez R. Solemnidad de San Agustín Agosto 28 de 2008.
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